Edificio Violeta
Arquitectos: Héctor Solórzano, Maria de la Paz Sevilla
Ubicación: Tlaquepaque, Jal. México
Área: 466 m2
Año proyecto: 2024
Estado: Habitado
Fotografías: Rafael Palacios

Edificio Violeta | Guadalajara Mex

En medio de la expansión urbana descontrolada, donde la promesa de una mejor calidad de vida ha quedado sepultada bajo kilómetros de asfalto y vivienda en serie, surge una pregunta urgente: ¿cómo densificar sin alienar, cómo construir sin deshabitar? La zona metropolitana de Guadalajara enfrenta hoy una crisis que no se reduce a cifras de movilidad o metros construidos, sino que atraviesa la vida diaria de sus habitantes: desplazamientos interminables, espacios urbanos fragmentados, y una progresiva pérdida del sentido de comunidad.

En este contexto, el proyecto Viviendas Violeta, ubicado en el municipio de Tlaquepaque, se posiciona como una respuesta puntual a una problemática generalizada. Lejos de buscar notoriedad a través de gestos formales o soluciones efectistas, esta obra explora una arquitectura contenida, crítica y consciente del lugar. Con apenas 300 m² de terreno y en un entorno mixto de usos habitacionales, comerciales y transporte público masivo, el proyecto asume el reto de demostrar que es posible crear ciudad desde la escala doméstica.

La estrategia fue clara desde el inicio: concentrar la densidad en lugar de expandirla, y hacerlo desde una lógica de integración, no de imposición. El conjunto se articula a partir de dos volúmenes de distintas alturas, organizados alrededor de un espacio verde central que actúa como respiración interna del proyecto. Esta disposición no solo permite una lectura amable del entorno inmediato, sino que genera ventilación cruzada y vistas múltiples, reduciendo la dependencia de sistemas mecánicos y promoviendo una sensación de apertura.

Los accesos y recorridos fueron diseñados con atención especial. En lugar de corredores impersonales, se aprovechan los descansos de las escaleras como instancias de transición y encuentros posibles, pequeñas pausas que enriquecen el desplazamiento cotidiano. La arquitectura se vuelve así un soporte de relaciones, no solo de funciones.

Cada una de las cinco unidades habitacionales incluye dos recámaras, áreas sociales bien resueltas (sala, comedor y cocina), baño completo, área de lavado y estacionamiento. Pero más allá del programa funcional, lo relevante está en la materialidad y la atmósfera: la orientación y apertura de los patios de luz permiten una entrada generosa de iluminación y ventilación natural. No se trata solo de eficiencia energética, sino de restituir el confort como parte del derecho a habitar.

En ciudades como Guadalajara, donde los desarrollos inmobiliarios suelen ignorar el tejido social y la relación con el entorno, Viviendas Violeta propone una manera distinta de hacer ciudad. No intenta resolverlo todo, pero plantea preguntas necesarias: ¿puede la vivienda alquilable dignificar en lugar de precarizar?, ¿puede un proyecto pequeño convertirse en catalizador de cambio urbano?, ¿es posible revertir la tendencia de abandono sin desplazar?

Este proyecto no es un modelo replicable sin adaptación, pero sí una propuesta replicable en su actitud: diseñar con respeto, construir con sentido, y densificar sin sacrificar lo que nos hace comunidad. No se trata solo de edificar metros cuadrados, sino de habitar relaciones, tiempos y afectos. Esa es, quizás, la lección más potente de este proyecto: que todavía es posible construir ciudad desde lo cotidiano.

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Fachada Principal
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Fachada Posterior
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Transición Escalera
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Materialidad
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Escaleras
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Área Sala y Comedor Tipo
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Habitación Tipo

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