Por la Arq. Héctor Solórzano
Antiguamente el ordenamiento de las ciudades respondía a los valores de tipo religioso y militar, donde se apreciaba un orden geométrico donde las grandes templos y palacios eran el centro de origen. En la Antigua Grecia la escala de las ciudades era tomada en cuenta a partir de las medidas del cuerpo humano, la cultura se destacaba por su pensamiento racional, “el hombre es la medida de todas las cosas”. El inicio del pensamiento urbano se les atribuye a los ideales de Platón y Aristóteles. Para platón la ciudad es un espacio para la vida social y la vida espiritual que debe estar encaminada a elevar a los hombres a la virtud.
La planificación de las ciudades ha evolucionado en relaciona los grandes acontecimientos en la historia, seguramente es porque su función va de acorde al comportamiento humano. Hasta la llegada de la revolución industrial la morfología urbana cambio a una trama social y política, entrando elementos indispensables para su funcionamiento como el sistema de eliminación de aguas negras, la distribución de agua potable y el transporte dentro de la misma ciudad.
La ciudad es un organismo vivo, en un constante cambio que va en relación a las necesidades, el estilo de vida y el ritmo de las actividades humanas. El transitar por la ciudad resulta ser una experiencia distinta para cada persona de acuerdo a sus condiciones físicas, mentales y económicas también, pero, ¿qué pasa con los niños?
Esta pregunta realmente no está resuelta en muchas de las grandes ciudades, ya que el enfoque de la planificación urbana no ha incluido a quienes tienen la habilidad para vivir la ciudad, pero no la experiencia para prevenir los peligros existentes en ella como lo son los niños.
Las ciudades deben planificar espacios urbanos que integren a los infantes, entregando la oportunidad para jugar de forma segura al aire libre, caminar a la escuela con la seguridad de cruzar avenidas bien señaladas y sociabilizar con los otros niños del barrio. Las ciudades deben entenderse como un fenómeno vivo y permanente, íntimamente ligado a la cultura con la que comparte la característica de la complejidad.
Crear ciudades estimulantes, respetuosas y accesibles para que puedan desarrollar sus actividades recreativas, desplazarse de un núcleo urbano a otro con conexiones señaladas, iluminadas y con banquetas bien planificadas para que el niño tenga un desplazamiento seguro. La bicicleta, por ejemplo, es una herramienta que hace la movilidad infantil más autónoma, ampliar las vías ciclistas y la red de banquetas peatonales.
Cada entorno tiene un impacto en la infancia ya sea restringiendo o entregando oportunidades para jugar de forma segura al aire libre, caminar a la escuela y sociabilizar con los otros niños del barrio.
Desarrollo de habilidades sociales, independencia, creatividad, empatía e inculcando un sentido de pertenencia dentro de la comunidad. Es por ello importante que los niños puedan vivir su ciudad en total libertad para tener un sentido de pertenencia con sus comunidades.
Una ciudad que tenga como objetivo proporcionar a los niños la riqueza del juego al aire libre, la interacción social y un sentido de pertenencia con sus comunidades.
► Ayudamos a personas que quieren mejorar su CALIDAD DE VIDA a ENCONTRAR y RENOVAR su hogar en un entorno natural con todas las comodidades. Síguenos en Facebook | Instagram | YouTube
Post Views: 1,723
Deja una respuesta